La sensación es casi indescriptible. Te montas en tu coche y te diriges al sur de la isla. Ya pasando Vecindario el tiempo empieza a cambiar y la llamada "panza de burro", que caracteriza a la isla de Gran Canaria, comienza a desaparecer. El sol brilla sin ninguna nube cerca, y nos acompañará hasta llegar a nuestro destino sin abandonarnos. La sensación es increíble. Ya la tranquilidad y el buen humor empiezan a brotar. Un buen cd en el coche y buena compañía son los dos factores que no pueden faltar para que este plan salga perfecto...
Es entonces cuando ves el cartel que te anuncia que ya estás en Maspalomas. A lo lejos puedes apreciar dunas de arena, un mar azul intenso y un cielo celeste que, por lo general, nunca abandona este bonito paisaje. Definitivamente hemos llegado a nuestro destino. ¡Hemos llegado al paraíso!
Un lugar que nunca deja de gustar al que ya lo conoce. Un paisaje que sorprende a quienes nunca habían tenido la oportunidad de contemplarlo. Disfrutar de esta maravilla de mil formas diferentes...
Un gran atractivo para el turista y un orgullo para el canario. El buen tiempo, la buena temperatura del agua, un paisaje impresionante, y gente que sabe recibir con una gran sonrisa. Las Dunas de Maspalomas ponen todo esto, el que decide visitarlas sólo tiene que acudir a la cita y sin olvidar llevar consigo las ganas de conocer y descubrir. Lo demás es solo cuestión de disfrutar, pero no solo de día, lo bonito sigue, continua... Una buena elección es quedarse hasta el anochecer.
Y como es necesario conocer para descubrir, les dejo dos vídeos informativos sobre esta maravillosa reserva natural especial canaria.
Espero que las ganas de conocer los maravillosos rincones de las islas hayan crecido tras ver este lugar...
"Vivo lejos del Caribe ardiente, de su música caliente, de su salsa y su sabor; pero la llevamos tan presente, mira que curiosamente heredamos su calor".
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